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Mostrando entradas de marzo, 2012

Sobre el origen de la vida y del Universo.

El panorama científico parecía entenderse en un punto común, al parecer no existían discusiones entre cristianos y agnósticos ni entre creyente ni no creyentes sobre el origen del Universo. Hasta el los libros de texto se había consensuado indicar el origen del Universo en el big bang, aquella gran explosión de materia concentrada que se disgrega en partículas que originan espacio y tiempo, creando las galaxias, los planetas y demás astros y asteroides; se forma la tierra y los microbios que dan lugar a la vida hace miles de millones de años; y después de ellos reptiles, mamíferos hasta el hombre y especies contemporáneas. Se pensaba que el Universo tuvo bien definido este principio del que se hablaba, surge de la nada a ser algo mediante unos procesos que el hombre no acaba de comprender enteramente. Se pensaba que todo surgió a partir de ese momento inicial.   Pero esta teoría hoy día se cuestiona; y quizás no fue ese big bang el principio, quizás el espacio y el tiempo exis

Sobre la soberbia de la humanidad

Al respecto hay un párrafo muy significativo publicado por Punset (2010): El viaje al poder de la mente.  Según el cual:  Apuntado ya el origen del poder, en contra de la tradición estéril y alambicada, parecería lógico inventariar los grandes descubrimientos científicos cuestionados o ignorados que, no obstante,  modulan el mundo en que vivimos. en lugar preminente figura, por supuesto, que no somos el centro del Universo ni tenemos un lugar fijo en el mismo. Free Shipping on Jordan Kids Shoes at FinishLine.com $10 off $60 on Basketball shoes with code BASKETBALL10

Sobre el establecimiento de las diferencias entre el animal humano y el resto no humano

Fueron varias las cosas a la vez, como cuidar los embriones, no arrastrarse por el suelo, el amor y, sobre todo, aprender a cocinar. Una a una se han derrumbado todas las diferencias que, supuestamente, nos distinguían del resto de los animales. Se acabaron los tiempos en los que se elegía un solo elemento para definir la vida humana y diferenciarla del resto del mundo animal: la capacidad de fabricar herramientas; el lenguaje, el don del simbolismo y de abstracción, la conciencia que aflora cuando uno se reconoce en el espejo o la habilidad de cocinar. Tales constituyen algunas de las capacidades que se esgrimieron, sin éxito, sucesiva y aisladamente. Eduardo Punset (2010): El viaje al poder de la mente, pg. 247. Daily Special! 3/25/2012: Polk Audio 2-Way Outdoor Speakers Now $138! March Exclusive Offer: 15% off $100 with code MARCH15

Sobre la capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz

Sería importante poder descubrir las razones que explican la capacidad infinita de la gente para hacerse infeliz; y habría que preguntarse si esta infelicidad algo que ver con el inconsciente. Al respecto dice Punset: A ver si resulta que al no estar determinado necesariamente por los genes ni los conocimientos adquiridos, soy más libre que el resto de los animales; tengo que empezar desde cero –al contrario del pollito, que sale disparado picoteando al nacer-, y, claro me equivoco muchas veces. Soy más infeliz porque soy más libre. Ésa es la tesis del neurólogo Pierre Magistretti, profesor de la Universidad de Lausana (Suiza), frente a la mía, que sostiene que la infelicidad es el resultado del poder devastador de las convicciones propias, que alteran los esquemas de percepción de la realidad. Muchos observadores podrían optar por profundizar en el conocimiento de una cosa o una persona determinada, pero sus convicciones le prohíben cruzar esta barrera. La litu

El nuevo consenso del cuerpo y el alma

Neurólogos punteros de todo el mundo…están demostrando que los psicoanalistas necesitan a los neurólogos y éstos a los psicoanalistas en la misma medida para interpretar la realidad. La espoleta que ha activado la convergencia de estos dos ríos del conocimiento ha sido el nuevo concepto de plasticidad cerebral: se acaba de descubrir que algunas  experiencias personales pueden dejar una huella indeleble en el inconsciente de la estructura cerebral, que, a su vez, puede dejar otros rastros en grupos de neuronas que interactúan entre sí a raíz de dicha huella. Allí dentro no hay nada que cambie de una determinada manera para siempre. Estamos descubriendo asombrados que se producen discontinuidades, transformaciones superficiales en las sinapsis y permanentes y profundas en otros circuitos. Estamos programados, es cierto, pero para ser únicos, totalmente distintos del vecino y de los demás; de los que estaban antes y de los que vendrán después. Claro, si estoy programado para no estar

El entorno, la conducta y la genética

  Dice Punset en El Viaje al poder de la mente, 2010: … Pero el debate entre los partidarios del entorno como modelador de la conducta y los convencidos de que el factor decisivo eran los genes siguió dominando el mundo de la biología y de la genética hasta fines del siglo XX. Si estabas aquejado de una enfermedad mental seria, te ibas al médico, al psiquiatra o al neurólogo, y te atiborraban de medicamentos. Además, en este caso, te recetaban fármacos sospechosos de todos los males –como explica de manera fascinante Samuel H. Barondes, profesor de Neurobiología y Psiquiatría de la Universidad de Califormia, en San Francisco-.  Si la ansiedad, la fobia o la depresión no desbordan los límites de la conciencia física, te mandaban al psicólogo o bien al psicoanalista. Si tenías –como ocurre con algunos amigos míos- el presentimiento de que los reduccionistas tenían razón; es decir, que la conducta era el resultado de las leyes universales que rigen los procesos cerebrales, te iba